Las plantas producen sustancias
químicas que actúan como elementos disuasorios naturales de las plagas, y se
han utilizado desde la antigüedad para repeler a los insectos, por lo general
por la quema de material vegetal.
El uso establecido de plantas
como repelentes de insectos, en parte, contribuye a su aceptación entre los
consumidores.
"Hay muy pocos productos
naturales (aceites y compuestos individuales) que demuestran la eficacia
repelente", dijo Ulrich R. Bernier, un investigador químico en la Unidad
de Investigación de Mosquitos y mosca en el Centro Agrícola del USDA para
Médicos, y Entomología Veterinaria. "Una ventaja de usar un repelente a
base de plantas es la aceptación del usuario. La gente tiende a favorecer a los
productos naturales sobre los sintéticos”.
Algunos plantean también, que los
ingredientes activos de origen vegetal podrían acarrear menos riesgos para los
usuarios. Y puesto que los repelentes a menudo se aplican directamente sobre la
piel, los consumidores tienden a favorecer productos sin olores químicos
fuertes. Aunque, según algunos expertos, un ingrediente activo eficaz es la
consideración más importante al elegir un repelente de insectos, la preferencia
personal juega un papel en la selección repelente también.
"Existe una fuerte
percepción de que activos naturales son más seguros que los sintéticos",
dijo la Dra. Sarah J. Moore, profesora en el Departamento de Control de
Enfermedades de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, y coautora
de una revisión en 2011 sobre repelentes de insectos de origen vegetal
publicados en Malaria Journal (21 de septiembre de 2012) “son los olores
de origen vegetal con los que la gente se siente a gusto por ser naturales. Mi
investigación sobre América del Norte y del Sur, Asia sudoriental y África, han
puesto de relieve esta misma percepción”.
Tal vez más importante aún, los
repelentes de origen vegetal pueden ser un método barato y sostenible en la
prevención de enfermedades transmitidas por los insectos, en regiones de alto
riesgo del mundo. "Si repelentes a base de plantas son éticamente producidos entonces se pueden comercializar en
los países en desarrollo y serán menos perjudiciales para el medio ambiente
", dijo la Dra. Moore.
Dentro de las plantas más
utilizadas como repelentes de insectos, cuyas propiedades fueron comprobadas,
se encuentra el Eucalipto limón (Corymbia citridora), el aceite de citronela obtenido de dos
especies de hierbas aromaticas (Cymbopogon nardus, y C. winterianus), así como otros
productos botánicos citados
frecuentemente que incluyen
especies pertenecientes a la misma familia de la menta (Lamiaceae);
incluyendo hierba gatera (Nepeta cataria) la albahaca (Ocimum basilicum) y la
menta piperita, el aceite de neem (Azadirachta indica),
lemongrass (Cymbopagan citratus),
hinojo (Foeniculum vulgare),
y la ruda (Ruta graveolens).
Problemas asociados con repelentes a base de plantas
La volatilidad
es uno de los principales
problemas de los
compuestos derivados de
plantas. Las plantas machacadas
o dañadas liberan
compuestos volátiles al
ambiente que repelen
a los insectos, protegiendo a las
plantas. Sin embargo, esta misma característica no resulta beneficiosa cuando
los repelentes se aplican a la piel.
Según la Dra. Moore, algunos
compuestos extraídos de plantas son increíblemente efectivos en el corto plazo
pero se evaporan
rápidamente y por
esta razón no
duran tanto como
las moléculas sintéticas.
Sin embargo,
existen formas de
mitigar los efectos
de la alta
volatilidad de los
ingredientes activos a base de plantas. Una opción es combinar los
químicos de base vegetal con moléculas de mayor
tamaño que se
evaporan más lentamente.
Por ejemplo, el
Vanillan, un componente
de peso molecular relativamente
alto del poroto
de vainilla (Vanilla spp.), ha
sido agregado con cierto grado de éxito a fórmulas de
repelentes para reducir su volatilidad. Además, en los últimos años, avances en
la nanotecnología han brindado aún más opciones para incrementar la duración
de los
repelentes a base
de plantas. Estas
técnicas han sido
utilizadas en algunas
fórmulas de citronela.
Según la
Dra. Moore, algunos
aceites esenciales pueden
causar irritación de
la piel, y
aquellos repelentes con altas
concentraciones de aceites
esenciales no son
indicados para personas
con piel sensible.
"A medida que mejore la
tecnología para que las formulaciones a base de aceites esenciales y otras
moléculas de origen vegetal, permanezca en la piel durante más tiempo, entonces
veremos más repelentes eficaces basados en plantas que pueden ser utilizados
para prevenir enfermedades. Es de esperar que ayudar a que los repelentes tales
como citronela y PMD sean más accesible para las personas que viven en países
con enfermedades endémicas del trópico que a menudo no pueden permitirse el
lujo de comprar repelentes importados desde el exterior, es un reto que deberán
asumir los fabricantes", dijo la Dra. Sarah J. Moore.
Fuente:
American Botanical Council, HerbalEGram:
Volume 9, Number 10, October 2012
Plant-Based Insect Repellents Provide an
Alternative to Synthetic Formulas